Muerte de Cleopatra

Pintura romana de la casa de Giuseppe II en Pompeya, de principios del siglo I, que representa muy probablemente a Cleopatra suicidándose ingiriendo veneno, con su hijo Cesarión tras ella.[1][2]

La muerte de Cleopatra VII, la última soberana reinante del Egipto ptolemaico, tuvo lugar el 10 o 12 de agosto de 30 a. C. en Alejandría, cuando tenía 39 años. Según la versión más conocida, se suicidó dejándose morder por un áspid (cobra egipcia), aunque en otras versiones ofrecidas por historiadores romanos, Cleopatra se envenenó utilizando un instrumento o un ungüento tóxico. Los testimonios de fuentes primarias provienen principalmente de las obras de los antiguos historiadores romanos Estrabón, Plutarco y Dion Casio. Algunos académicos modernos sospechan que fue asesinada, mientras que otros dudan de la validez de los relatos de la mordedura de serpiente como causa de la muerte. Algunos estudiosos plantean la hipótesis de que su rival romano Octavio, por conveniencia política, permitió que Cleopatra se suicidara del modo que ella quisiera.

La muerte de Cleopatra dio fin a la cuarta guerra civil de la República romana entre los triunviros Octavio y Marco Antonio, en la que Cleopatra se alineó con Antonio, su esposo y padre de tres de sus hijos. Antonio y Cleopatra huyeron a Egipto tras su derrota en la batalla de Accio, disputada en la Grecia romana el año 31 a. C., tras la cual Octavio invadió Egipto y derrotó a sus fuerzas. Suicidándose evitó la humillación de ser exhibida como prisionera en un triunfo romano para celebrar las victorias militares de Octavio, que acabaría convirtiéndose en el primer emperador romano y que sería conocido como Augusto. Octavio hizo matar a su hijo Cesarión, heredero rival como posible hijo de Julio César, pero le perdonó la vida a sus otros hijos y los llevó a Roma. La muerte de Cleopatra marcó el final del período helenístico y del dominio ptolemaico de Egipto, al tiempo que marcaba el comienzo del Egipto romano, que se convirtió en una provincia del Imperio romano.[n 1]​ Se desconoce la ubicación de la tumba de Cleopatra, aunque hay constancia de que Octavio permitió que ella y Antonio, que se suicidó apuñalándose, fueran enterrados juntos con dignidad.

La muerte de Cleopatra ha sido representada en numerosas obras de arte en la Antigüedad, la Edad Media, los principios de la Era Moderna y la Era Contemporánea. Entre ellas están las artes visuales, literarias y escénicas, desde esculturas y pinturas hasta poesía y obras de teatro, así como películas. Cleopatra ocupó un lugar destacado en la prosa y la poesía de la antigua literatura en latín. Aunque se conservan pocas representaciones de su muerte en el arte de la Antigua Roma, las obras medievales, renacentistas, barrocas y modernas son numerosas. Antiguas esculturas grecorromanas como la Venus Esquilina y la Ariadna dormida sirvieron de inspiración para posteriores obras de arte que mostraban su muerte, en las que la mordedura de un áspid es un elemento generalizado. Su muerte también se relaciona con temas de erotismo y sexualidad, en obras que abarcan pinturas, obras de teatro y películas, especialmente de la época victoriana. Las obras modernas que representan la muerte de Cleopatra van desde la escultura neoclásica hasta la pintura orientalista, que influyó en otros medios como el cine.

  1. Roller, 2010, pp. 178-179.
  2. Elia, 1956, pp. 3-7.


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